El otro día me sorprendí cuando descubrí un nuevo artilugio. Aunque parezca extraño aún tengo la capacidad de sorprenderme con los supuestos inventos de nuestro siglo. Sí, señor. Y… ¿Quién o qué me dejó estupefacta?
El gran invento:
“Convierte en un Genius”
Según se explica es un aparato que hace fácil y agradable la memorización. Gracias a su sistema de transmisión especial traduce cualquier mensaje verbal en vibraciones sonoras que se propagan directamente al cerebro. No necesita que le prestes atención. Es más, puedes aprender mientras duermes. Y lo mejor: está corroborado por investigaciones científicas.
Por un momento me trasporté a aquellas interminables noches de café y libros que inundaban mi cabeza. Aquellas madrugadas que se hacían cortas, porque llegaba el examen. Y los tensos trayectos a la universidad, en los que aún pretendías aprender las ultimas palabras. Se supone que con este invento, eso se acabó.
Entonces me viene una idea a la cabeza: podríamos “estudiar y trabajar” fácilmente. Podríamos salir de fiesta sin preocuparnos por los exámenes… ¿Se extingue el empollón?
Dios! Esto sí que es una revolución. ¿Para que apuntarse a academias de idiomas? Con este maquinillo lo tengo todo solucionado!!
Por favor, desde aquí hago un llamamiento para que quién se lo haya comprado ( porque tentador sí que es….) nos explique la experiencia. Y, también, a algún "empollón" que considere que su rol está en juego con este nuevo y revolucionario sistema de aprendizaje....
me gusta la palabra "tiricia". parece la suma de tierra y caricia. es decir, "la tierra que acaricia". porque qué mejor pereza que aquella que nos lanza al campo para olvidarnos de los domingos y de los lunes, pero que nos regala la posibilidad de gozar del cielo y sus nubes.
ResponderEliminar(sería horrible ser un genius, ¿no?)
Hola Enrique, me alegro de que te guste la palabra "tiricia" le has dado un significado muy bonito que jamás habría pensado. En mi entorno familiar usamos esa palabra para referirnos a aquella sensación que nos da algo que no nos agrada. En cuanto a si sería ser horrible ser un "genius", no lo tengo tan claro. Podríamos dedicar nuestro tiempo a otras cosas que nos gustaran,por ejemplo, a contemplar el cielo los domingos y dejar la tarea de estudiar a ese formidable "invento".
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